Partes del caballo
Conoce cuáles son las partes de un caballo, te enseñamos su anatomía con todo detalle.
El caballo es uno de los animales de más belleza que existen. Son majestuosos. Y, sin duda, es un auténtico lujo verlos al galope, luciendo una belleza y elegancia dignas de mención y admiración. No es de extrañar, que los humanos hayan elegido a este animal durante siglos para que sea su compañero de viaje.
El cuerpo del equipo es sencillo a la vez que complejo. Probablemente te estés preguntando cuáles son las partes del caballo. Es una cuestión a la que queremos dar respuesta hoy en nuestro blog.
Las partes del cuerpo de un caballo son las siguientes: copete, ojos, cara, hocico, boca, barba, orejas, cuello, espalda o espaldilla, pecho, brazo, rodilla, menudillo, caña, costillares, vientre, pierna, corvejón, casco, cola, anca, grupa, lomo, cruz y crin.
Pero ahora, entremos en detalle, y conozcamos más en profundidad el cuerpo del caballo. ¡Continúa leyendo!
Empezando por sus dimensiones, aunque es difícil ofrecer las medidas correctas, ya que el tamaño del caballo depende, entre otros aspectos, de su sexo o raza, podríamos aproximarnos a su tamaño, ofreciendo estos datos: teniendo en cuenta la alzada, los machos miden alrededor de 1.42 metros, mientras que las hembras unos 1.40 metros. Si nos referimos a la cincha: es de 1.67 centímetros en los machos, y de 1.68 centímetros en las hembras. Por último, la caña de los machos es de 18.45 centímetros y la de las hembras, de 17.9 centímetros.
En lo que respecta al peso, también es difícil establecer el peso estándar del caballo. No obstante, tanto machos como hembras, suelen tener un peso aproximado a la media tonelada, es decir, alrededor de 450 kilogramos.
El caballo, al ser un animal tan enorme, tiene un cuerpo muy complejo, con muchos huesos: 205 en concreto.
Su columna vertebral está formada por 51 vértebras. Al carecer de clavículas, las patas del caballo se unen al tronco a través de fuertes músculos y tendones que se sujetan gracias a las escápulas. Una peculiaridad también patente en los cascos.
Los equinos carecen de rodillas, aunque parezca que sí las tienen. Sus “rodillas” están formadas por una articulación similar a la muñeca del ser humano. El funcionamiento del corvejón (la articulación anterior a los cascos) es parecido al del tobillo de una persona. En las patas delanteras, se han unido el cúbito y el radio dando lugar a un solo hueso, al igual que ha ocurrido con la tibia y el peroné. En la zona baja de las patas, el caballo no tiene huesos, pero sí dispone de un tejido especial (córneo) que le sirve para absorber los impactos generados por los cascos. Dicho tejido córneo también está presente en la zona externa de los cascos, cubriéndolos y haciéndolos más resistentes.
En cuanto a los dientes, los caballos tienen un mínimo de 36 dientes, siendo: 12 incisivos (ubicados en la parte delantera de la cavidad bucal) que usan para morder, y 24 dientes molares y premolares (en la parte posterior), con los que los equinos pueden masticar y triturar los alimentos que ingieren.
Características de la cabeza del caballo
Si hay algo característico en un caballo es la cabeza. Es grande, con huesos alargados. En la parte superior de la misma, se encuentra una frente grande sobre la que descansan unas orejas, que son muy pequeñas en proporción al resto del cuerpo, y que son móviles, permitiendo una gran mejora en la audición del caballo.
En el extremo final de la cabeza se encuentran la boca, el orificio nasal y el extremo de la nariz (el belfo).
En la cabeza, como es de esperar, también están los ojos del caballo. Son grandes y están ubicados a los lados de la cabeza, lo que permite que el caballo tenga una visión lateral. En la parte posterior de la cabeza está la nuca.
Características del resto de las partes del cuerpo del caballo
El cuello de este animal, es bastante prominente y muy musculoso. Está ubicado entre la cabeza y la cruz (zona en la que finaliza el cuello, y comienza el lomo y las extremidades delanteras). En la parte delantera del cuello está la garganta y, en la trasera, la crin (el conjunto de pelos largos que recorren el cuello).
Respecto a su tronco, está formado por el lomo (parte superior), el pecho (justo debajo del cuello) y la grupa (parte trasera del caballo).
También se encuentran en el cuerpo del caballo muchas otras zonas, como el flanco (localizado debajo del lomo), el ijar (formado por los laterales del tronco) y la mama (masa muscular carnosa que recubre la parte delantera del pecho).
Al hablar de sus patas, también destacan por su complejidad. En las patas traseras, encontramos el muslo, es decir, la zona superior de las mismas; el anca, que es la articulación que une las patas traseras con la cadera; y la nalga, que viene a ser la parte carnosa que está situada en el área superior externa.
En cuanto a las patas delanteras, también conocidas como piernas, encontramos el corvejón (que es la parte que está ubicada detrás de la rodilla), la babilla (se encuentra entre el muslo y la rótula), la caña (entre el corvejón y el menudillo), el menudillo (entre la caña y la cuartilla), la cuartilla (equivale a la primera falange) y el casco (la capa de tejido compacto en la que finalizan las patas. Está compuesto por el casco y la corona).
Estas son las características de los caballos. Conocerlas, sin duda, es de gran interés para todos aquellos amantes de este maravilloso y majestuoso animal, que sorprende por su belleza y elegancia.
Y ya lo sabes, ante cualquier duda que te pueda surgir sobre el caballo y sus cuidados, puedes consultar al veterinario equino.